Qué tal, estimados/as, me lanzo con otro tema en mi Casa Matriz. Hace tiempo que realmente deseaba escribir sobre la sexualidad y sus temas afines, después de tanto pensarlo. Y creo que no es la primera vez que escriba sobre sexo en este blog, porque el tema da para varias aristas que tratar. Como ésta, la de la virginidad que tanto proclaman muchas personas públicas a los medios. Están las personas que son vírgenes porque el sexo opuesto les resultó esquivo, los que no pudieron tener una relación por priorizar el trabajo, los que deciden serlo hasta que inicien su primer pololeo en serio y los que conservan la castidad hasta el matrimonio. Pero muy distinto es decidir a quién contarle su intimidad. ¿Moda o convicción? Vamos por parte...
Todo esto partió después de ver en VH1 un documental llamado La Nueva Virginidad, el cual me dio material para exponer acá. Lo más evidente es que ese culto a la virginidad se dio como respuesta a la revolución sexual de los 60's, proclamado en público por padres de familias conservadoras. Ese ejemplo se fue expandiendo a muchas figuras de la música, la moda y el estrellato en general, además de las costumbres asociadas al culto.
Es de culto la declaración por parte de una jovencísima Brooke Shields, quien decía conservar su castidad, a pesar de las escenas sexuales en las películas Pretty Baby y La Laguna Azul, y esa insinuante campaña de los jeans Calvin Klein ("Entre mis Calvin y yo... no hay nada" es su slogan). La serie Beverly Hills 90210 tenía a una virgen en su elenco: Donna Martin, el personaje de Tori Spelling, la excepción al resto que sí mantenía relaciones sexuales. Se comenta que el episodio donde Donna entrega su virginidad a su amado se convirtió en momento tevito de culto. Y hace un mes, mencioné a Adriana Lima, la supermodelo brasileña, quien a pesar de cultivar una imagen sexy, confesó públicamente su decisión a la revista GQ: "El sexo es para después del matrimonio. Los hombres tienen que respetar que ésta es mi decisión. Si no hay respeto, quiere decir que no me quieren". Lo concreto es que Adriana comenzó su relación con el basquetbolista serbio Marko Jarić en 2007, se casaron en Febrero 14 de 2009 y en Noviembre del mismo año nació su primogénita Valentina.
Sigamos con las y los cantantes pop. A fines de los 90's, Britney Spears se asumía virgen, incluso cuando los periodistas no le preguntaban. Pero Brit cedió ante la tentación y esa imagen de niña-buena-sexy se fue al tacho, para desgracia de unos y alegría de otros. Pero la fábrica de Disney Channel, en la década pasada, aportó más cantantes y caras lindas que proclamaban en público su decisión de no tener sexo antes del matrimonio. Miley Cyrus, Jonas Brothers, Selena Gomez y todos ellos declaraban en entrevistas esa opción, para dar impresión de que son jóvenes sanos, limpios y buenos ejemplos para los papás de las mini-fans. ¿Pero qué les pasó después? Una foto de Miley desató la ira de los pro-vírgenes, donde ella salía cubriendo su torso con una sábana. A lo anterior, sumémosle las audaces performances de la ex-Hannah Montana, donde sale con trajes muy cortos y hasta bailando en el caño. Kevin Jonas (23 años), el mayor del trío, se casó en 2007 y twitteó sobre su primera vez algo así como "¿y eso fue todo?". Y hace poquito, los medios faranduleros hicieron hincapié en la foto en que Selena Gomez apareció sin su anillo de castidad ("oooh, qué escándalo!" dirían los pro-vírgenes), muy tomadita de la mano de su novio Justin Bieber, apenas un año menor (18 y 17 años tienen).
Entre las costumbres y el marketing, acabo de mencionar el anillo de castidad. Es un anillo de plata que se pone en el anular izquierdo, igual que el de matrimonio, para dar la imagen de conservar su virginidad antes del "Sí, acepto". Los artistas ya mencionados son devotos usuarios de esa joyita, costumbre que elevan cual bandera al viento. Pero el anillo de castidad tiene sus detractores, porque no es un símbolo fiel de que la persona realmente practica la virtud. Como muestra un botón: En los MTV Video Music Awards 2008, el anfitrión Russell Brand cuestionó duramente el hecho de que los Jonas Brothers, presentes en el evento, utilizaran el famoso anillo. "¿No sería mejor que se lo pusieran en sus genitales?", disparó, provocando desconcierto y risas a la vez.
Junto con el uso de la joya, están los rituales como asociarse a Clubes de la Castidad y los Bailes de Pureza (Purity Balls), muy popularizados en Estados Unidos. Esto último es un ritual que se inicia en familias muy pudientes, asociado con las Iglesias Evangélicas, el cual consiste en que los padres (sólo ellos) bailan con sus hijas desde que ellas tienen cuatro años hasta el día en que decidan ir al altar. Es como un cuento de hadas ambientado en un salón de baile, con vestidos caros y lindos peinados incluidos, en el que el Príncipe Azul inicialmente es el papá. Esta idea no está exenta de críticas, incluyendo la de la escritora feminista Eve Ensler, quien teoriza que estos bailes ponen a las mujeres jóvenes en posición de inferioridad, y además interfieren con su libertad personal y autonomía en determinar si comprometerse o no en las relaciones sexuales.
Y si hacer pública la virginidad saca ronchas en quienes no se interesan por la opción, imagínense cómo sería subastarla, como si se tratara de un bien. Es el caso de Natalie Dylan, una estudiante universitaria de 22 años, que decidió subastar su virginidad al mejor postor, todo esto online. Le ofrecieron millones de dólares, pero también le llegaron sugerencias para que desestimara su oferta.
Ya hemos citado casos en el extranjero, pero nos faltaba la visión chilena del asunto. En el año pasado, según consigna The Clinic Nº 355 (Agosto 5 de 2010), el SERNAM (Servicio Nacional de la Mujer) publicó un folleto orientador en el que resalta "la importancia de que los y las adolescentes comprendan que su vida sexual debe postergarse hasta el matrimonio". Tras las reacciones que esa minuta provocó en la opinión pública, la vocera Ena von Baer dijo: "En este papel que ha circulado, que es un papel no oficial, se cita la opinión de alguien, pero no es una opinión que sea o represente en absoluto la línea oficial del Sernam". Lindo, ¿no? Se preocupan de eso antes de poner en el tapete el tema de la educación sexual, sobre todo para sectores de alto riesgo social. Como guinda del pastel, un grupo llamado "Aló Jesús" instaló hace algún tiempo en el paradero 7 de Pajaritos (esq. Av. Las Torres) una gigantografía que reza "Abstinencia, tu opción" (aunque ya lo sacaron). ¿Qué les parece?
En fin, tras exponer todos estos casos ligados al estrellato y la política, doy mi impresión personal al respecto...
La virginidad pre-marital no es "la" virtud que hace de una persona mejor que otra. No estoy pidiendo que nos volvamos sex-adictos/as, pero el hecho de predicar su castidad se puede prestar para hipocresía. ¿Acaso una pareja de pololos que se quieren mucho no pueden tener sexo seguro? ¿Es a ojos de los pro-vírgenes una muestra de que esa pareja es casquivana? Se puede mantener una relación guardando las precauciones para evitar embarazos no deseados o contagio de venéreas. Pero si todos/as hiciéramos caso a las prédicas de los pro-vírgenes (a estas alturas tan fundamentalistas como los grupos religiosos), nos tendríamos que acostumbrar a "una sociedad irritable y con el Kino acumulado por años", como cito textual de una columna de Cristóbal Bellolio en The Clinic (titulada "Por Favor, Sigan", del mismo número que cité arriba). Y el sexo, como necesidad biológica, nos define a los humanos como animales, igual que todas las especies del reino. Es la necesidad que a un buen porcentaje de personas le es difícil evadir, desde que se inicia el despertar sexual. Los tiempos del cinturón de castidad ya pasaron, y se ha dicho que el adminículo podría resultar antihigiénico e incluso fatal para las mujeres de ese entonces.
Entonces, ¿qué concluir? Dejar la virginidad como opción absolutamente personal y a conciencia, y pensar muy bien a quiénes contarle, a menos que se descienda de padres conservadores como los de las estrellas Disney. Publicar esa decisión pre-marital a los cuatro vientos se presta para malos entendidos, como las ganas de que algún lobo o loba feroz quiera acosar a esas personas. Y más vale no apoyarse en grupos de castidad o en estrellas que la promueven, más bien ayuda la orientación de un sexólogo o profesional de la salud, además de contar con un familiar o amigo/a que les dé confianza. Sea la opción que decidan, cúidense. Hasta la próxima.
domingo, 17 de julio de 2011
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1 comentario:
Creo que la exaltación de la virginidad viene de la presión de medios conservadores ante lo que ellos ven como un exceso de liberalismo en materias sexuales. Bien me parece que quieran hacerle frente...pero, a mi modesto parecer, se van al otro extremo.
Y hay razones económicas, también...hay quienes ven las modas como algo pasajero que, como da recursos, también éstos se pueden ir. Pero si ven algo permanente, van a estar metiendo plata a destajo.
Lo mejor son las decisiones informadas y, para ello, los padres (actuales y futuros) deben tener criterio formado porque el Mundo hace tiempo que dejó de ser blanco y negro. Y son opciones como las que presenta Aló Jesús (que es un grupo particular)...pero, cuando vienen del Estado (como en el famoso folleto del SERNAM que mencionas), lo ideal es que todas las opciones se presenten.
Tenemos un don que es el de la sexualidad ejercida con responsabilidad y en una decisión personal porque nadie tiene por qué meterse en nuestros genitales. Si alguien quiere decir en público que es virgen o casto, adelante...pero a la larga, esa posición va a ceder de modo natural y se agradecería, por transparencia, que se contase de igual forma.
Buen tema, Musa Inspiradora...Besos, Te Quiero Mucho.
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