Hace algún tiempo, escribí sobre el Culto al Pelo Rubio, una institución de nuestra idiosincracia. Uno de los posteos hacía referencia a ese tema de Sumo que dice "La rubia tarada, bronceada, aburrida, me dice ¿por qué te pelaste?). Esa canción compuesta por Luca Prodán (precisamente llamada "La Rubia Tarada") hace referencia a un especímen que estigmatiza al total de gente de pelo claro, pero que no representa a toda la población. Es un tipo de mujer que no es digno de una buena conversación ni entrega un real aporte a algún área del conocimiento. Con ustedes, la Rubia Tarada.
Esta mujer quiere ser el centro de mesa donde haya mucha gente. Suele buscar la figuración en medios públicos, especialmente alrededor del cine y de la TV. Muy pocas veces se le ha visto con otro color de pelo que no sea rubio, seguramente porque le gusta seguir el estilo europeo. Puede o no tener la piel bronceada, los ojos claros (reales o lentes de contacto), cuerpo de Barbie a escala humana (muchas veces perfeccionado en el quirófano) y da lo mismo su edad, aunque se le ve entre los 18 y pasados los 40 años. La escala de rubios en su pelo varía entre el rubio claro dorado y el ultra-platinado, y puede ser un tono parejo o unas mechas de diferentes tonos. Su perfil psicológico es generalmente el de una mujer arribista, insegura, con cero iniciativa y que no resulta ser buena compañía para una buena conversación. Aunque puede tener algunos matices de estos factores o de otros.
Desde hace décadas que a este particular estereotipo se le intenta buscar un rostro conocido. En su momento, a Marilyn Monroe le calzaron el mote de Rubia Tarada, seguramente por sus detractores/as. Y la muñeca Barbie, aunque no pueda defenderse de las críticas, igualmente ha sido asociada a este grupo que mucha gente inventó por asociar la liviandad de sesera con el pelo rubio en versión femenina.
Pero Marilyn sólo fue una niña de pecho comparada con la actual oferta de Rubias Taradas. Del extranjero, está el caso de Paris Hilton, una heredera multimillonaria que canta sin ser cantante, actúa sin ser actriz y no tiene más talento que alimentar la prensa farandulera. Junto a Paris sale la ex-princesita del teen-pop, Britney Spears, que de clon post-noventero de Tiffany pasó a ser una reventada chica que de cantante no le queda nada. Y en un contexto más rockero, dentro de este saco sin fondo de las Dumb Blondes cabe Courtney Love, la ex-vocalista de la banda Hole que se hizo conocida por casarse con Kurt Cobain en el mejor momento de Nirvana. Y el caso de Courtney da para incluirla dentro del listado de las mujeres más odiadas del mundo del rock (junto con Heather Mills, la que se casó con Paul McCartney y le sacó mucho dinero hasta después del divorcio).
En Chile, las Rubias Taradas son una especie que amenaza con copar las pantallas. Ya en los 90's ubicamos a Patricia Larraín, Carla Ochoa o las gemelas Denisse y Daniella Campos. En esta década se hicieron famosas Belén Hidalgo, María Eugenia Larraín (odio llamarle Kenita) y Coté López, tres chicas que siguen la misma senda de las anteriores, siempre buscando alguien famoso y con mucho dinero para erigirse como estrellas de la farándula. Y ahora, un reality levantó de la nada a una soltera y arribista chica al estrellato. Su nombre: Carolina Bastías, alias Cari.
La gente rubia, especialmente las mujeres, se sentiría ofendida con las comparaciones entre sus personas y las Rubias Taradas que acabamos de mencionar. Obvio que la estupidez humana no distingue color de pelo, de ojos o apariencia física en general, así como tampoco distingue si la persona tiene o no buen billete (como las Adriana Barrientos y demás personajillos de TV). Conozco varias personas rubias y puedo asegurar que su nivel intelectual no tiene nada que ver con su color de pelo, sea natural o tinturado.
Sí, personalmente es una reverenda tontera que me sepa tantos nombres de Rubias Taradas (especialmente las chilenas). Pero es sólo un muestrario de esta subespecie que se convirtió en una institución humana. Un adjetivo compuesto que suena como insulto, especialmente a las rubias que prefieren cultivarse intelectualmente o pasar inadvertidas. Pero es a la vez un tipo de clasificación dentro de la sociedad.
martes, 3 de junio de 2008
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3 comentarios:
Depende de la rubia, de todos modos llamaran la atención, para muchos pueden ser un trofeo
Hace años atrás, Patricia Larraín se mandó una frase donde ella, rubia, dejaba a sus "colegas de pelo" (y de paso a ella misma) como tonta. O sea, mayor legitimización acerca de las "rubias taradas" no podía haber.
Pero me parece que hay que poner más ojo y hacer las excepciones que lleven a replantearse el dogma; partiendo por Soledad Onetto. Eso de que mujer rubia = mujer tonta ya no corre...hay otras actitudes que determinan eso.
Paris Hilton es el estereotipo pero no tanto por ser rubia...sino que se apoya en una fortuna familiar que de la cual, para colmo, no recibirá prácticamente nada. En el aspecto local...pucha, no sé qué le dio a Pamela Díaz de teñirse rubia, ¡si se sabe a la legua que no le viene y que le van a colgar el mote algunos!
Y tomándome de las palabras de Simón, creo que el afán de conquista de lo que es distinto a lo cotidiano pone el enfoque en los rubios o rubias. De otro modo, ¿cómo nos explicamos que en Europa les vaya tan bien a tipos latinos que, con un poco de labia, vuelven locas a las suecas o a las alemanas?
Saludos cordiales.
De paso, doy una lista de las rubias que se quedan fuera del saco de las tontas (por sus méritos)...
- Debbie Harry (ídola)
- Kim Gordon (Sonic Youth)
- Beth Gibbons (Portishead)
- Matilda Svensson
- Soledad Onetto
- Colombina Parra
... entre otras más que se me quedan en el tintero... destacadas especialmente por sus labores, independiente del físico...
Ojo con las actualizaciones de One Hit Wonders y el hermano menor de Efemérides (vean lista de blogs)...
Saludos, CK.
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