Celebrando Junto a Tu Gente

Este 2006 que se va tuvo celebraciones familiares memorables, en mi plano personal. Aparte de Navidad, Año Nuevo y cumpleaños varios, el que marcó la pauta en mi 2006 fue el matrimonio de Pacita (prima biológica, pero hermana mayor por crianza) junto a su querido Gustavo (15/12/06, una día después del cumpleaños de la novia). Hace años que no había una boda en la familia. O más bien, eran mis primos (uno que vive en La Florida y otra prima residente en Talca... tengo parientes en varias partes del país) los que se celebraron bodas. Pero por primera vez mi casa fue escenario de un matrimonio (civil, en este caso). Mi casa no será el Espacio Riesco, ni un restaurante de alcurnia, ni un centro de eventos de lujo, pero la colaboración de la familia hizo de la casa un lugar especial para tal celebración. Con esfuerzos colectivos logramos lo mejor para este matrimonio.

Y también celebré el paso a una edad tan significativa, el cuarto de siglo (14/11/06). Ahí estaba yo, vestida entera de rojo (un color que para mí significa mucho, es la vida, la salud y la maduración femenina, entre otros significados). Por esta vez celebré mis 25 por partida doble: junto a mi familia y, por primera vez, junto a la querida Comunidad de Los Culpables de Todo, que incluyó hasta canción dedicada por Lewin (Reason is Treason de Kasabian), en vivo y en directo.

Lo que ambas celebraciones tienen en común es el compartir en familia, como lo amerita toda celebración. Y también será así en esta Navidad, como todos los años.

Y este escrito quiero relacionarlo con el sentido que deberían tener las fechas que se avecinan, Navidad y Año Nuevo. En un mundo que promueve el consumismo, que incita a comprarse obsequios como si fueran lo más importante (y a veces importara el precio o el deseo de tener un regalo específico), los sentimentos no deberían dejarse de lado. Un gesto de cariño, un abrazo, compartir una comida o cualquier otra cosa... Todos estos gestos humanitarios no cuestan nada (si hablamos de dinero), pero son muy valiosos. Incluso hasta la excusa de "perdone lo poquito", cuando le haces un regalo con un escaso presupuesto a la persona (o las personas) que más quieres, es un gesto humanitario.

Este espacio se presta para que ustedes cuenten sus mejores celebraciones, o también sus mejores momentos en compañía de sus seres queridos.

Feliz Navidad a todos/as, queridos/as habitués!