De seguro que éste no es el único post que empiezo con la pregunta "¿Importa realmente?". Y esto sale de un tema que puede parecer tan obvio, pero que siempre ha sido una inquietud para mucha gente que suele preocuparse más de su intelecto que de su apariencia física.
Siempre ha quedado latente la disyuntiva entre cultivar el cuerpo vs. cultivar el intelecto. Pero principalmente, en los medios se ha sobreestimado tanto el culto al cuerpo y a la carita linda que ha quedado inserto en la sociedad como "lo que debe ser aceptado". Esto se desarrolla en diversos ámbitos, desde las posibilidades laborales hasta la inquietud por no sentirse solo/a. Esto no implica que la belleza se asocie sólo con la ligereza de pensamientos o el mal carácter. En términos publicitarios, da lo mismo si el envase no es atractivo, el contenido es lo que vale.
En el colegio, suele pasar que en cada curso se diferencian claramente los estereotipos a los cuales uno/a no eligió pertenecer. Sobre todo, cuando se distingue la chica linda o el nerd (y sus equivalentes del sexo opuesto). ¿Se puede ser un as de las matemáticas y tener un cuerpo atlético gracias al deporte? Muy pocos casos se dan así. Y es evidente que la gente que más le rinde culto a su cuerpo tiene más arrastre entre el sexo opuesto (o alguno que otro caso del mismo género). Y para qué decir cuando se gustan, cuando por el flechazo de Cupido cae mucha gente que le tocó enamorarse de una amor no correspondido. ¿Qué culpa tiene uno/a de lo estudioso/a? ¿De los kilos de más o de menos? ¿De los frenillos, los lentes o de algún rasgo? En resumen, ¿qué culpa tiene uno/a de no parecerse al estereotipo de la linda o el lindo? El mundo no se hizo para que convivan sólo las Barbies con los Kens. La diversidad física y sicológica hace la gracia en la especie humana.
Claro que hay gente que a la hora de definir sus gustos por su hombre o mujer favorito, prefiere no caer en el modelito publicitario. Por citar unos ejemplos extraídos de The Clinic (Especial Feo): 1. El actor Adriano Castillo, el Compadre Moncho de Los Venegas, dijo que a las mujeres les gusta más el inteligente que el lindo; 2. La actriz Cristina Tocco ha confesado que le atraen más los feos; y 3. El argentino Gonzalo Otálora escribió un libro sobre lo que le ha significado ser feo en su vida (llamado simplemente "FEO!"), que incluso pensó en titularlo "Feosexual" (la máxima diametralmente opuesta al Metrosexual). En fin...
Y también cabe destacar la frase "La suerte de la fea, la bonita la desea". Aparte de retrógrada, esa frase tiene cierto dejo de clasismo y envidia, pero principalmente es demasiado simplista la idea de responsabilizar a la belleza física (o falta de ésta, es totalmente subjetivo) la suerte que uno/a tenga. No tiene nada que ver una cosa con otra.
¿Qué busco con este escrito? No quiero distinguir bandos ni salir en defensa del feo o del nerd (tema que da para otro post). Sólo llamar un poco la atención sobre la discriminación que sufre mucha gente por su apariencia física, sin saber lo qué piensan o qué aptitudes tienen. Es una pena que ciertas empresas vean a el o la postulante por la foto del currículum, o que salgan con la ambigua frase "buena presencia" en el aviso.
jueves, 21 de mayo de 2009
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