El término marquero/a (que no es lo mismo que marketero/a) tiene que ver principalmente con lucir o andar ostentando de ciertas marcas, como vestuario, accesorios y tecnología. El culto a las marcas se asocia a las más populares o las más exclusivas (y caras, por cierto), y es transversal a las clases sociales. Son aquéllas que se han posicionado en el mercado por la buena calidad de los productos, una buena campaña de marketing o un efecto rebote producido por el uso en tal personaje famoso (marketing + cultura pop).
Echemos un vistazo a la gente que pasea por las calles. Podemos ver, entre otros, el logotipo EVERLAST (así, con mayúsculas) en algún polerón o prenda deportiva, las zapatillas con el ticket de Nike, las tres rayas de Adidas o la S de Skechers; toda la familia de bolsos y mochilas Head o Saxoline y las marcas como Abercrombie, Aussie o Doo Australia como la nueva moda deportiva-casual en polerones. Las razones que cada uno/a tiene para elegir tales productos pueden ser: 1. Confianza en la buena calidad de las marcas, 2. Le gusta por moda, o 3. No parece importarle.
Pero al otro lado del consumo masivo, están las marcas que le rinden culto a la opulencia, como la letra de la pegajosa y superficial canción My Humps de los Black Eyed Peas: Ahí Fergie menciona al vestuario Dolce & Gabbana y Donna Karan, entre otros, como lo máximo a lo que la clase media estadounidense aspira. O la moda cosmopolita de Prada y zapatos Manolo Blahnik de las cuatro mujeres que protagonizan la serie (y película) Sex and the City. Claro que no falta la gente que, a falta de lucas para costearse el original, opta por una imitación más económica que pase más piola, como por ejemplo, el logotipo LV (Louis Vuitton) en alguna carterita fake (como dice la high society) para pasar por una auténtica. O incluso las imitaciones que se notan demasiado, como las poleras Bebe (ésas con el logotipo escrito con mini tachuelas brillantes) que aparecen en ferias, como réplica de las originales carísimas que usan las famosas chilensis.
Es tan común ver esa conducta de la gente que quiere parecerse al famoso o famosa de turno, o que desea tener ese chiche tecnológico del momento. Pero no todos los bolsillos aguantan tales gastos, y hay gente que aún está pagando el Blackberry o la tele de plasma que se compró en (in)cómodas cuotas mensuales, o las que quedaron endeudadas de tanto querer parecerse a Carrie Bradshaw y compañía (a menos que tengan las lucas para costearse tal ropero).
Mi caso personal... Sólo me considero marquera de dos cosas: los implementos de dibujo y las herramientas de peluquería. En el primer caso, elijo lápices grafito Artel o Staedler, pastel seco Faber-Castell, lápices acuarelables Faber-Castell o Caran D'Ache (austríacos), pinceles Artel (en su mayoría), cartulina Canson (pliego original o blocks) y blocks de dibujo o croqueras Proarte, Rhein o Artel. En el segundo, uso tijeras Jaguar y Kiepe (ambas de procedencia alemana, las de precio para estudiante), máquina de corte Piccolo (alemana) y la marca italiana GA.MA está presente en cuatro implementos (secador, plancha alisadora, desvelladora y ondulador diámetro 25 mm.). De los accesorios y la ropa, sólo elijo lo bueno, sin importar si tiene marca conocida o no. Y en tecnología, me interesa que sean de buena calidad los aparatos que elija (radio, MP3 player, celular).
lunes, 4 de agosto de 2008
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5 comentarios:
...Creo que es un gran tema para aquellos/que les gusta reflejarse en uno que otro personaje conocido/que hace uso de ellas.
Personalmente no hago uso de ninguna/soy mas bien de bajo perfil/solo me interesa que cumpla su objetivo. Tampoco soy de las personas que la llevan a simple vista/para que todo el mundo se de cuenta... Lo encuentro muy rancio!.
Cariños
Carrie!
Hay cosas de marca que realmente duran más que las standarizadas, en algunos casos prefiero pagar mas por eso, pero sabiendo que a la larga perdurara mas años, no me gustán las ropas marcadas, ni que recibiera sponsor uno por ello.
Concuerdo plenamente con los comentarios de Sandra y Simonkee. Mientras el artículo sea de buena calidad, me da lo mismo la marca. Y no sé creo que en realidad abunden mucho las personas marqueteras (o marqueros)... lo que pasa es que se hacen notar, y quieren lucirse.
en mi epoca escolar me daba lo mismo comprarme cuadernos de 300 pesos en el Lider, total servía para lo mismo.
Y tengo un reproductor MP3 con radio FM, marca chancho no más, y ha aguantado ya 2 años estoicamente.
Quizas lo mas de marca que tengo es mi mochila "Extreme", que la compré basicamente porque yo sé que son buenas y resistentes.
Y de ropa es lo que menos me preocupo... hace como 1 año fui a una tienda y me compre 2 jeans de una marca no conocida, por menos de 8 lucas ambos, y han aguantado caleta.
Poleras, prefiero comprar tela y pedirle a mi querida madre que me haga algunas (un aplauso para mi mamá).
Saludos Carolina, nos leemos!!!
Hay marcas que están mal escritas, ejemplo: omo, debiese decir homo gramáticamente estaría bien escrita (broma) XD
He tenido mis etapas de marquero...pero más bien en aspectos puntuales; cuando grababa canciones de la radio, los cassettes tenían que ser Sony (pero después me daba lo mismo).
El destino quiso que, justo en mi adolescencia, las cosas no estuvieran muy bien en lo económico en mi casa; si bien había adquirido el rito de ir al McDonalds todas las semanas, pude prescindir de eso. Ergo, en cuanto a ropa no me preocupo por la etiqueta; lo que importa es que la ropa me venga y punto.
Hace unos días veía un reportaje sobre el boom de los artículos de lujo en Chile...cada quién sabe lo que hace con su dinero, pero gastar millones de pesos ¡por una cartera! me parece demasiado y algunos pueden tomarlo como un insulto.
Cuando compré el notebook, eso sí, usé de otra forma lo de marquero; un Vaio o un Dell estaban fuera de mi alcance...pero tampoco iba a caer en las garras de un Olidata, así que opté por un Compaq. ¿Celulares? Confío en los Nokia sencillos...pero por cosa de costumbre; no me obsesiono con la Blackberry o el iPhone.
Saludos afectuosos, de corazón.
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